Salvador

Es una fría noche de diciembre de 1982,   un manto de plomo cubre la ciudad de Barcelona, las ráfagas de viento arrastran espesas cortinas de agua, en un monótono vaivén abofetean las paredes de los edificios…El agua llora por los cristales, las ventanas silencian el aullar del viento .En una incubadora dos bebés luchan sus primeras horas de vida, en una habitación contigua la madre lucha contra su turbulento pasado, la heroína viaja por sus venas sin vuelta de retorno…las correas de la cama atan a su convulso «mono».

Dos meses después….

Los nuevos padres adoptivos no saben por cuál decantarse, los gemelos son como dos gotas de agua, la única diferencia es que uno es tranquilo y el otro no para de pelearse con el aire, ella elige «ser» la madre del más enérgico, deciden ponerle el nombre de Salvador,  dentro de pocas horas Madrid será su nueva ciudad…

Abel es el nombre que los nuevos padres pondrán al hermano de Salvador…
Barcelona y Madrid separarán a los dos hermanos para siempre.

Madrid año 2006

Cientos de gorras son lanzadas al aire… mientras sus nuevos dueños jalean un ¡¡hurra!! triunfal, han dejado de ser cadetes, ahora son unos respetables policías nacionales.
La madre mira con orgullo los 24 espléndidos años de Salvador, su atlético cuerpo luce vigoroso en su impecable uniforme de gala.

Barcelona:
1 de Octubre de 2017 .
5. 30 h de la mañana…

La ciudad Condal amanece bajo una gran tormenta.
El tiempo transcurrido ha robado la joven inocencia de Salvador, un curtido hombre de mediana edad ahora ocupa su lugar. En sus cansados ojos se lee la tensión de los últimos días, la adrenalina y la testosterona inundan el cargado ambiente. Mientras se va colocando los aparejos, observa a sus compañeros entre vítores a la patria y maldiciones al contrincante, parecen jugadores de «rugby» en el vestuario antes de un partido. Se miran unos a los otros, comprueban su instrumental hasta el último detalle, sus entrenados y descomunales músculos quedan protegidos por una armadura inexpugnable para el enemigo.

8. 30 h de la mañana….
Un contingente de 19 «lecheras» (furgones de la policía) avanza lentamente por la calles de la ciudad. 190 agentes esperan órdenes para el asalto…

La persistente lluvia repica monótonamente sobre la chapa del furgón. Con la humedad y el sofocante calor humano en el interior, se respira un ambiente muy tenso. Escopetas de botes de humo y de bolas de goma,  porras, escudos, arietes y sus amplias armaduras crean una sensación aún más claustrofóbica…
La mirada fría y segura de Salvador va analizando de forma despreocupada a todos sus compañeros de batalla, el cabo Jiménez un veterano con muchas manifestaciones en sus espaldas y fanático convencido de su trabajo, arenga a todos con voz atronadora ,haciendo resonar su porra contra la armadura de su protegido pecho, al unísono todos se golpean y replican con rabia entre los dientes…

9. 15 h de la mañana…
Ronda Sant Antoni –
Colegio Electoral Escolas Pías
Entre 150 y 300 ciudadanos hacen cola para votar…

Un tronar de sirenas parpadeantes iluminan de azul eléctrico toda la avenida, al ruido frenético y ensordecedor se le une el trepidante «runrún» de un helicóptero que a pocos metros del suelo vigila anclado en el aire…
En el último furgón del convoy,
la respiración de los hombres se ha disparado, el corazón es  una locomotora que viaja a mil, la adrenalina y la angustia ya no caben dentro del blindado, se oyen voces en el exterior que parecen querer taladrar las paredes…
¡¡¡NO PASARÁN!!!
¡¡¡NO PASARÁN!!!
¡¡¡NO PASARÁN!!!
De ¡REPENTE! se hace la LUZ!!!
un golpe de aire libera a los oprimidos pulmones, las puertas de par en par desatan a la furia comprimida que de forma brusca y atropellada van bajando…

-.Los cegados ojos de Salvador tratan de adaptarse rápidamente a la luz del día, el corazón palpita en su sien, el ruido de su desenfrenada respiración inunda el interior del casco, una tenue niebla empaña la visera.-

Jiménez con voz potente y segura da las últimas instrucciones. De forma enérgica y decidida avanza con su fornido pelotón.  Parecen sacados de otro tiempo,
son una auténtica cuadriga romana…

Ancianos, jóvenes,
estudiantes, currantes, oficinistas, funcionarios, parados… mujeres y hombres de todas las edades y condiciones, aglomerados, hacen «piña» en la entrada del colegio…
¡¡¡NO PASARÁN!!!
¡¡¡VOLEM VOTAR!!!
¡¡¡NO PASARÁN!!!
¡¡¡VOLEM VOTAR!!!
El miedo y la tensión se han apoderado del ambiente, la gente de forma ESTOICA espera la embestida de los hombres acorazados…

Los brazos se entrelazan, formando una cadena…
Una anciana se niega a pasar a la segunda fila, dos jóvenes brazos a cada lado, la protegen.

Las porras cortan el aire para caer sin piedad sobre sus indefensas víctimas, los fuertes y secos golpes llegan a su objetivo desarmado. Entre gritos, gemidos de dolor e insultos, aporrean a diestro y siniestro sin piedad. El brazo izquierdo de la anciana se queda huérfano, el joven está recibiendo una contundente serie de mandobles, de forma instintiva el joven de la derecha con su cuerpo como muralla, protege a la anciana. Salvador tiene una nueva víctima, se centra en su nuevo objetivo, alza su porra hasta tocar el cielo para caer en picado como un kamikaze, una cara de terror se refleja en la visera, el manifestante impotente, espera el peso de la ley sobre su cara, unos ojos de odio se esconden tras su máscara, Salvador duda por una fracción de segundo, ve su propia imagen horrorizada y la destruye sin piedad, el hombre se cubre la cara destrozada con las manos, entre la multitud una voz de mujer grita desesperada,
¡¡¡ABEL!!! ¡¡¡ABEL!!! ¡¡¡ABEL!!!…

Daniel Bun
Ciudad Vella – Barcelona 2017